viernes, 3 de febrero de 2012

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                                                            EL GAUCHO



Aunque se la utilizó en todo el río de la Plata - y aún en Brasil - no existe absoluta certeza sobre el origen de la palabra gaucho.
Es probable que el vocablo quichua huachu (huérfano, vagabundo) haya sido transformado por los colonizadores españoles utilizándose para llamar gauchos a los vagabundos y guachos a los huérfanos.

También existe la hipótesis de que los criollos y mestizos comenzaron a pronunciar así (gaucho) la palabra chaucho, introducida por los españoles como una forma modificada del vocablo chaouch, que en árabe significa arreador de animales.
La denominación se aplicó generalmente al elemento criollo (hijos de españoles) o mestizo (hijos de españoles con indígenas), aunque sin sentido racial sino étnico ya que también fueron gauchos los hijos de los inmigrantes europeos, los negros y los mulatos que aceptaron su clase de vida.
El ambiente del gaucho fue la llanura que se extiende desde la Patagonia hasta los confines orientales de Argentina, llegando hasta el Estado de Rio Grande del Sur, en Brasil (gaúcho).
El proceso evolutivo del gaucho y el uso de esa palabra se desarrolló sin solución de continuidad. Distintos tipos de gaucho existieron en Argentina antes de 1810, es decir antes de ser conocidos con ese nombre. Peones de campo existieron desde que comenzaron a formarse las primeras estancias, aunque hayan sido pocas al principio. El tercer tipo - que luego se llamó gaucho alzado - existió en reducido número. Pero no fueron los primitivos peones ni los "fuera de la ley" quienes le dieron la característica suficientemente fuerte para llamar la atención.
Es indudable que el tipo de gaucho que tuvo realmente fisonomía peculiar - el primero que fue llamado así - fue el gaucho nómada, no delincuente, que estuvo implícito en el gauderío oriental del s. XVIII. Este gaucho fue algo más que un simple vagabundo. Adquirió en la Argentina, a lo largo del s. XIX rasgos propios bien definidos. Y cuando se difundió suficientemente - es decir, a medida que fue creciendo la población rural - fue llamado gaucho, como también se había llamado al paisano oriental del s. XVIII.
Hábiles jinetes y criadores de ganado, se caracterizaron por su destreza física, su altivez, su carácter reservado y melancólico.
Casi todas las faenas eran realizadas a caballo, animal que constituyó su mejor compañero y toda su riqueza. El lanzamiento del lazo, la doma y el rodeo de hacienda, las travesías, eran realizados por estos jinetes, que hacían del caballo su mejor instrumento; en el caballo criollo no sólo cumplía las faenas cotidianas sino que con él participó en las luchas por la independencia, inmortalizando su nombre con las centauras legiones de Güemes.
Fue el hombre de nuestro campo, principal escenario de su vida legendaria y real. De vida solitaria ya en grupos de tiendas, como las tribus nómades ya en racheríos aislados como en la pampa sureña.
VESTIMENTA DE BAILE


Paisana y gaucho: 1820 – 1845
Mujer: peinado a dos bandas con trenza, blusa de algodón, falda larga a media pierna, enagua y calzones y descalza (aún no había llegado la alpargata).
Varón: sombrero panza e’ burro, camisa de algodón o hilo, bota de potro en este caso de medio pie, chiripa, calzoncillo con cribas de algodón, hilo o lino. Pañuelo, en este caso cruzado.


Estancieros: 1840-1860
Mujer: Peinado recogido (a veces adornada con peinetón de carey, hueso o marfil. Vestido o romántico o en este caso blusa ceñida al torso, mangas amplias. Falda larga haciendo juego.
Varón: Galera, camisa de seda con cuello, chaleco de seda, pana o terciopelo, chaqueta corta con solapas y bolsillos de terciopelo, pana fina o paño. Faja bordada. Tirador. Chiripá y Calzoncillo cribado y bordado. Bota de potro cerrada en este caso.


Vestimenta de salón c. 1860
Mujer: Peinado recogido con bucles o rulos. Vestido entallado y con corsé, escote y mangas reducidos. Falda con miriñaque
Varón: Camisa, pañuelo a modo de corbatín y chaleco de seda. Frac de paño con solapa de terciopelo. Pantalón largo con tirapié de gabardina. Botas fuertes o botines.



Coya 1900 y anterior.
Mujer: sombrero ovejón de fieltro. Pelo a dos bandas con borlitas de lana de colores. Bata abotonada con faldón. Chuspa (bolsa de lana tejida). Falda de picote (a veces varias superpuestas) sujeta con una faja. Carpachos (medias tipo guante). Ojotas de cuero. Rebozo al hombro o cruzado en este caso.
Varón: sombrero de fieltro. Camisa de tela burda. Poncho puyo corto. Pañuelo golilla, al cuello o en la espalda, pantalón de barracán (lana de alpaca con oveja). Carpachos y ojotas.
Litoral 1910-1930
Mujer: peinado a dos bandas con trenzas. Blusa de algodón, con mangas abullonadas y escote amplio con volados o puntillas. Pañuelo en la espalda o cabeza. Falda fruncida hasta media pierna de algodón. Faja tejida. Enagua, calzones blancos y alpargatas.
Varón: boina o chambergo. Camisa. Pañuelo como corbatín o en la espalda. Faja vasca. Tirador de carpincho o vaca con bolsillos. Bombacha amplia. Polainas y alpargatas

Norteño 1890 en adelante
Mujer: peinado a dos bandas. Blusa entallada de algodón floreada y con broderí. Falda fruncida larga, hasta los tobillos. Enagua y calzones. Zapatos de taco bajo, o alpargatas o botas cortas.
Varón: sombrero de fieltro ala ancha. Chaqueta abotonada o corralera (puede ser saco corte sastre) y bombacha con nido de abeja. Camisa de algodón. Faja. Tirador y Rastra con monedas. Pañuelo al cuello. Bota fuerte.




ENLACES

http://www.folkloredelnorte.com.ar/danzas/vestdanza.htm


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